viernes, 28 de enero de 2011

Algo de mí: narrador

Soy mentiroso y no creo que sea una virtud ni que me faculte para la escritura. No soy embustero, ni confundidor de voluntades. Miento compulsivamente no porque me guste hacerlo ni porque vea en mis engaños una mejor posibilidad de recrear el mundo. Mis pobres mentiras son sencillas, piadosas, desprovistas de artificio y enfermas de veracidad. Cuando las escribo pierden sentido porque me he dado cuenta que no le sientan bien las comas ni la gramaticalidad. No son posibilidades ni pertenecen al reino de la fantasía. Creo que tienen vida propia o, en el peor o mejor de los casos, son un mecanismo de autodefensa o una jugarreta de mi paranoia. Pese a todo eso soy un tipo sincero (y sin infinito), comprometido con lo que piensa y siente. Las mentiras y yo, de alguna extraña manera, tenemos una relación saludable, solidaria y utilitarista. Es tan difícil de explicar. Dicho todo lo anterior, y después de sincerarme con todos ustedes, debería de rectificar el primer párrafo de este documento y decir, pues, que soy un tipo de muchas veraz, aunque esto último no agregue nada a todo lo que ya saben de mí.

4 comentarios:

Sensei Avalos dijo...

Tan difícil y tan fácil. Así es la vida, prendete un cigarro.

Saludos,

José A.

Patricia. dijo...

nunca faltan los ingenuos (como yo) que se crean todo tipo de mentiras... hasta las mas malas.

Svetlana dijo...

hola bichi
no se donde lei que los escritores cuentan mentiras para expresar una verdad
pero ultimamente eso tambien suena algo a mentira
por otro lado
la verdad es mutable
entonces aunque lo que hayamos dicho deje de ser cierto cuando llegamos al final de la frase no necesariamente mentimos
no se si la falta de veracidad constituye una mentira

DIANA-CHAN dijo...

algun dia tu dijiste que bailariamos dieguitos y mafaldas en el pluma.

la escucho en este momento, por que tenia que evocarte?

feo.