viernes, 8 de enero de 2010

Hace mucho que no escribo nada. La razón es porque no tengo nada interesante que poner. Me he percatado que la imposibilidad de la escritura es un motivo literario muy en boga. Incluso, según las últimas lecturas, también es un motivo de ensayo, sólo de éste sólo se da cuenta en ciertos libros anotados. Me tomé unas vacaciones largas e improductivas. Me dediqué a caminar por la ciudad y a compartir algún café con viejos amigos a los que tengo pocas oportunidades de ver. Hemos cambiado mucho. De ellos, algunos ingenieros y otros administradores, sé decir que son gente seria y trabajadora. De mí sé poco, salvo que me he vuelto mentiroso conmigo mismo y un poco ermitaño. Debo confesar que estoy contento, que la paso bien en esta ciudad, que me alegro de conocer y reconocer a mis amigos y a esta ciudad que cambia constantemente: ahora tenemos cinco casinos, tres centros comerciales y muchas cadenas alimenticias que sólo se veían en las grandes ciudades. El Ingenio azucarero, del cual hablé en este lugar hace ya mucho tiempo, no existirá más. Quebró pese haber tenido producciones recor en los últimos tres años. Esta ciudad se puede ir despidiendo del humo y el olor a caña que tantos años la caracterizó. En su lugar, el que ocupaba la vieja carcasa, se construirá otro centro comercial al estilo parque fundidora. Mucha gente cree que eso es el progreso. Yo ya no sé qué creer. Obedeciendo a mi pensamiento telegráfico, continúo. Han encontrado gente descuartizada dentro de hieleras. Otras han aparecido colgadas con letreros que dicen "la plaza ya está ocupada, putos". Balazeras y levantamientos son cosas a las que lentamente nos vamos acostumbrado.

Tuve un buen año 2009. Mi madre está contenta por eso. Del 2010, a diferencia de los años anteriores, no espero mucho. Aunque quisiera esperar un exitoso desempeño de la selección mexicana y que Juan Gabriel saque un nuevo disco. Sé que son cosas absurdas pero qué más se puede pedir? Lo que tengo planeado, que no diré, me lo pediré a mí mismo todos los días, cada mañana, cada borrachera, cada encuentro y siempre que tenga oportunidad de recordármelo: no desearás la mujer de tu prójimo, no desearás los bienes ajenos, amarás a Dios sobre todas las cosas y honrarás a tu padre y a tu madre. Besos a todos

7 comentarios:

Sandokán dijo...

Eso del pensamiento telegràfico lo he leìdo en otra parte.

Anónimo dijo...

Obscuro

nacho dijo...

Triste lo de la cañera, malo lo de los casinos, bueno tu sentido del humor aunque se te nota tristón...
abrazo neoañero. nacho m

Anónimo dijo...

Se está volviendo un miniCuliacán, lo que me emputa es leer las pendejadas que declaran el chino Valezuela y el Secretario de de Sgeuridad Pública, pinche bola de inútiles.

Lástima de Mochis

Blas Barajas, escritor dijo...

Sandokán: me lo fusilé de no sé dónde. Te debo la referencia.

Anónimo: disfruto mi oscuridad.

Nacho: todo es muy triste. Debe ser que lo estoy yo también por aquello de la nostalgia.

Anónimo: tienes razón,bola de inutiles.

rosa pastel dijo...

las jotas se comunican mediante el pensamiento telegráfico

ANYELYT dijo...

Buen post.
SALUDOS.