Aún no me recupero de la sorpresa. México ganó cinco a cero a una descompuesta selección estadounidense. El seleccionado gringo, que había tenido un torneo exitoso avalado por la envidiable regularidad y juego colectivo de sus integrantes, simplemente no salvó ni la dignidad. Me siento un poco decepcionado. Primero porque pensé que en esta ocasión tendríamos a un rival fuerte, de esos que ejercen sobre la selección mexicana una especie de mística que acciona un funcionamiento colectivo casi épico. Pienso en el partido contra Argentina, por ejemplo. La verdad es que durante el segundo tiempo, más por faltas de desconcentración del rival que por destellos de buen futbol (vaya que los hubo), los mexicanos nulificaron a la escuadra gringa, desmoralizada ya desde el segundo gol y venida a menos desde el tercero. Pudieron anotarse, por lo menos, tres o cuatro goles más, lo cual, estoy seguro, no es un argumento sólido para sostener que se ha alcanzado el engranaje perfecto de selectivo nacional, que ahora sí cualquiera nos pelará los dientes y llegaremos, por fin!!, a cuartos de final en el mundial de Sudafrica. Segundo: tengo la certeza de que los partidos de futbol realmente emocionantes soy aquellos que se juegan hombro a hombro, en toda la cancha, con marcadores equilibrados y con actuaciones expectaculares, barridas limpias y atajadas fantásticas. Aquello, con todo y los sentimiento encontrados que me provoca, parecía una cascarita de barrio.
El doce de agosto, ahora sí, tendremos la oportunidad de saber de qué estamos hechos, si el futbolista mexicano es capaz de encontrar el equilibrio entre la técnica y la pasión arrebatada que lo singulariza, sobre todo cuando se juega contra los gringos, y los lleva a pegar patadas y corretear las pelotas más insignificantes.
El doce de agosto, ahora sí, tendremos la oportunidad de saber de qué estamos hechos, si el futbolista mexicano es capaz de encontrar el equilibrio entre la técnica y la pasión arrebatada que lo singulariza, sobre todo cuando se juega contra los gringos, y los lleva a pegar patadas y corretear las pelotas más insignificantes.
10 comentarios:
a parte si mal no recuerdo la selección norteamericana era la "C" ...
No espero nada este 12 en el azteca, pero tampoco esperaba un marcador diferente al de siempre en el 2001 y el PAN nos dio una sorpresa, tampoco lo esperaba este 2009, el PRI recuperó terreno (Jalisco por dar un ejemplo de estado Panista de muchos años ) y perdió Sonora (priista por tradición) México le ganó a Estados Unidos en un partido vergonzoso, y en una copa que a nadie le importa.
Que bueno que a mi no me gusta ni la política ni el futbol.
Escribe bien, Eratita.
Como te tardaste, es lo único que diré jajajaja
Lo siento, neuras que es una :). Ya te respondí en mi blog, linda.
C.
Mira, eras tú. Disculpa, pensé que había sido otra persona, perdoname la risa no era para ti.
discúlpame tú. el anónimo es, no lo niego, de cobardes. pero creo que también es útil cuando quieres hacer una crítica y que el autor del objeto de tu crítica no se tome las cosas personales. también sirve para que no te respondan con una falacia ad hominem, o del tipo que te guste; para que no te den una respuesta relacionada con algún rasgo de tu persona y no con lo verdadero o falso de tu afirmación. es muy molesto que te digan, si señalas por ejemplo la impuntualidad a alguien: "¿y tufesa no corre pa'nogales?"... o sea: "¿y tú no?" jejeje
la verdad es que el anónimo no sirve para lo que digo. siempre se especula quién demonios está detrás.
qué barroca soy jajaja
Gordo ya estubo... se te hizo el deposito del amor, jajaja... cuídate.
piches comentarios jajaja... oye pues ahí estamos.
quiero un mundo de caramelo donde todo sepa mejor. Dulcesita la vida, picosito el amor...
cuando subes mi carta?
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