miércoles, 28 de octubre de 2009

Este lunes que acaba de pasar cumplí 23 años. Eso explica muchas cosas, entre ellas, la necesidad imperiosa de escribir un blog. Tenía un plan para mi cumpleaños que masticaba desde hace algunos días: quería comprar todas las monedas del bar para ser el único cabrón con autoridad sobre la rokola. Algunos de mis amigos, al enterarse de mi plan, se dieron a la tarea de guardar todas las monedas de cinco pesos que cayeron en sus manos para cumplirme un capricho que al final de la noche se vio frustadro por un maldito provedor que llegó cuando nadie lo esperaba. Al menos yo no lo esperaba ni lo quería. Muchas gracias, Adriana, por el esfuerzo.
Atendiendo a todos los mensajes y recomendaciones que me dejanron en el facebook, me puse como energumeno: bailé lo que no se baila con mi aritmia caracteristica, tome hasta la ignominia y fumé como la puta apasionada que llevo dentro. Los días que siguieron también fueron de fiesta, pero de una fiesta tranquila que anticipaba la tan esperada seremonia de graduación. Estuve muy nervioso toda la semana. Algunos de ustedes sabrán que graduarse no es cosa fácil, requiere de muchos riñones. Por eso, y por muchas cosas más, en la ceremonia de entrega de papeles, al recordar lo que ha pasado con mi vida en estos últimos años, lloré como el completo hombre sentimental y patético (en el sentido original de la palabra) que soy. Saludos

4 comentarios:

Anónimo dijo...

llorar no tiene nada que ver con ser patético, al contrario, creo que es algo que muestra humanidad :)

.: aiivan :. dijo...

que lloron oiga... verguenza le deberia de dar, pues nada oiga feliz cumpleaños atrasado... tengo como chorrocientos miles de numeros de cel suyos haber si me va diciendo cual trae... se porta bien oiga!

No soy yo, eres tú dijo...

Fuiste el hombre más guapo de la noche :*

Cicuta drinker dijo...

YO le hablé en su cumpleaños, chulo. Vaya al bar, y deje la nostalgia para el desalojado.